lunes, 24 de enero de 2011

10- Atrofiación de los sentidos.

Pequeño niño
Todo el tiempo resuenan en tus oídos
Los elogios de los amigos
De tu papá empresario
                                               -¡Eres nuestro futuro, muchacho!

Aunque ya te vas dando cuenta de las cosas
En tu cabeza aún dan vueltas
Las risas traviesas de las jóvenes doncellas
Que te dejan tomar un cigarrillo de su portaligas
Con una pícara sonrisa
Y te prestan el dinero que sacan de su sostén

Cuando mamá no las mira
Cuándo sus exuberantes vestidos no las cubrían
Cuando, casi por un momento, no son el futuro de la compañía

Experimentando con los extremos de la realidad
Te acordaste de que en algún momento quisiste ser artista
Mamá te hizo callar y papá te cosió los labios
No necesitas cantar, sólo necesitas calcular

Un día quisiste aburrirte de la mentira
Saliste a la calle, a ver si se podía
Prendiste la tele, a ver si se podía
Escuchaste las nuevas bandas, a ver si se podía
Pero no, nunca se pudo y nunca se podrá
Y tu triste destino es no salirte del camino

Esa vez que te levantaste, deshecho, de tu cama
Caían trozos de tu carne mientras caminabas
El pantalón de cuero sostuvo tus piernas armadas
Pero el chaleco de jean no pudo,
Y a las sobras de tu pecho la usaron como carnada
Para la pesca indiscriminada

Tu guitarra te seguía siempre fiel,
Siempre oculta bajo un marco de papel
Fingiendo ser un adorno
Mientras tenía un orgasmo con cada nota
Con cada gota
Mientras se calla las verdades de su dueño,
Con temor

Cuando llegaste al espejo, por primera vez
Te viste,
                   Y reíste
De la manera más irónica
                      Al ver
Tras el marco de papel
Que tus ojos te devolvían la mirada de un poeta

Te sentiste frustrado otra vez,
Y quisiste buscar a alguien
En quién desahogar tu falsedad
Pero allí, no había nadie

Para ese entonces medías como un metro ochenta
Pero estabas tan abajo
Que tenías que tomarte un colectivo
Para llegar al clavijero de tu guitarra
Y de todas maneras
Compusiste otra canción

Cuando tu hermanita,
Bien lo tenía aprendido de mamá,
Hurgó en tus cosas y encontró la décima canción
Fue corriendo a contarle al papá
Que complacía todos sus caprichos

Y papá, se enojo
Y tiró la canción por el ventanal
Y la tinta se diluyó con la lluvia de tus ojos
Antes de poder llegar al suelo

Después de mucho tiempo de pelear por tus sueños
Terminaste por una fingida aceptación
De esta fingida realidad
Aunque a los bordes de tu engranaje
Les quede mucho por limar

Y entonces, caminando a contrapaso
Resultaste ser un hombre
Con cara de ángel y alma de payaso
Obligado a ser mas serio de lo que te permite tu mirada
Y aunque tenés las cuencas grandes y las pupilas dilatadas
Aún después de la décima canción
Aún así,
                          Seguís sin ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las neuronas se escapan por la boca !