El placer agónico e incomprensible
de sentir el calor de la sangre
empapar tu encías y entibiar tu garganta
El aroma nauceabundo, el color desesperante
la conducta vampírica de atacar
tu blanco e inmaculado cuello
Tus movimientos, tus gritos,
tu exhasperación, tu excitación.
Dejas caer tu cabeza hacia atrás,
tratando de hallar el cielo
a través del techo de madera
Tu piel está en contacto con el oxígeno
con la humedad del ambiente
Hay moho en las paredes
y en el respaldo de la silla, en el cuál
descansa tu espalda
Tu columna vertebral resalta
de la manera mas hermosa
como la mejor inspiración a mis ayunos
Tus ojos se cierran ante la sensación
y la sangre corre por la boca, cae
se desparrama
Decora con tenues manchas la ropa
que dejaste caer, sin preocupación alguna
al suelo.
Fruncís el ceño, cerrás el puño
¿Duele?
Voy a decir que lo hice contra mi voluntad
No soy caníbal, no soy zombie
no soy psicópata o esquizofrénica
oigo voces pero ellas son reales
¿Dónde se escondió el insecto
que se hace llamar inspiración?
Cerdo
Necesito respeto, no puedo seguir así
acaricias mis hombros y mi cuello
cada vez que se te antoja
Te tentas, te descargas,
entonces,
¿Por que yo no puedo hacerlo?
Creí que tendría un sabor amargo,
pero tu sangre es dulce,
dulce como el mar.
Apaga esa clase de fuego
que sólo puede apagarse con más fuego
se combustiona, se expande
arde, flamea
se retuerce, se consume y se apaga
Nunca muere, sólo duerme.
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